La sexualidad en la vejez

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La sexualidad y sus diversas manifestaciones van cambiando a lo largo de todo el ciclo vital en función de las experiencias personales, emocionales, sociales, etc. Se debe entender la sexualidad en la vejez como la continuación a lo que se ha ido experimentando anteriormente y que se relaciona con las ideas y creencias del propio sujeto.

En esta línea, hay que tener presente que en la tercera edad se producen una serie de cambios y modificaciones tanto a nivel físico como a nivel emocional. Y es importante, aclarar que no siempre tienen consecuencias negativas para la sexualidad, puesto que, con la menopausia, desaparece el riesgo de embarazos no deseados y la necesidad de utilizar métodos anticonceptivos. Además, permite iniciar una relación sexual más tranquila y permite explorar otras prácticas, que no necesariamente tienen que ser genitales.

¿Cómo es la sexualidad en la vejez? Factores que la determinan

A continuación, se explicarán una serie de aspectos (que tenemos en cuenta desde el área de mayores de la Fundación Rey Ardid) que determinan la forma en que las personas mayores viven su sexualidad:

1. El efecto del factor sociocultural: La importancia del género

En primer lugar, la variable sociocultural, se puede considerar que existe una cultura de la sexualidad que considera a las personas mayores como sujetos asexuados y no atractivos y, por lo tanto, las relaciones sexuales en esta etapa vital como inapropiadas. Todo esto tiene unos efectos negativos en la vivencia de la sexualidad en la tercera edad. 

Cuando hablamos de sexualidad, es importante tener en cuenta la diferencia entre géneros, pues desde la sociedad se asignan diferentes grados de aceptabilidad social a la sexualidad en función de si eres mujer o hombre:

  • A los hombres se tiende a enaltecer sus necesidades sexuales. Se le impone el deber de ser un sujeto sexualmente activo y fuertemente vinculado con la virilidad y masculinidad.
  • Mientras que a las mujeres se les limita a la función reproductiva, alejándolas del interés y del deseo sexual, pues su sexualidad está asociada a la virginidad, al pudor y la vergüenza.

2. La relevancia del factor social

En segundo lugar, también cobra importancia el proceso de socialización que hayan experimentado, pues hay personas mayores que han crecido en entornos más conservadores, e incluso represores de la sexualidad, y en ocasiones reforzados con los sistemas de creencias, normas, cultura y religión. Todo ello, provoca que, en la ancianidad, ante un problema sexual, tanto hombres y mujeres sientan vergüenza o miedo al ser juzgado, unas porque no quieren ser relacionados con la “promiscuidad” y otros, debido a sus inseguridades sino son capaces de mantener una relación sexual.

3. La variable demográfica

En tercer lugar, las variables demográficas, como, por ejemplo:

  • La esperanza de vida, puesto que esta es superior en mujeres que en hombres.
  • La estructura por edad de los matrimonios, así como los matrimonios nuevos: socialmente están mejor vistos los matrimonios donde el hombre es mayor que la mujer, de ahí que muchas mujeres tras enviudar decidan quedarse solteras.

4. El lugar de residencia

En cuarto lugar, también tiene importancia el lugar de residencia. En los centros residenciales hay unas rutinas establecidas para satisfacer las necesidades básicas de una persona como pueden ser la alimentación, higiene, ocio, etc. Sin embargo, no se tiene en cuenta la satisfacción de las necesidades sexuales. Lo mismo ocurre con las personas mayores que conviven en un domicilio compartido. Es decir, como no se les considera sujetos asexuales, no es necesario proveer de intimidad o privacidad.

5. La percepción y estado de salud de la persona

En quinto lugar, la percepción del nivel de salud, si la persona considera que tiene una mala salud, es muy probable que tenga actitudes de rechazo hacia su sexualidad. Esto lo puede provocar tanto enfermedades como la toma de medicamentos que pueden favorecer disfunciones, pérdida del apetito sexual, etc.

6. La relación del profesional o del familiar con el adulto mayor

En sexto lugar y unido a esto, se encuentra el hecho que en la relación profesional/paciente apenas se trate el tema de la sexualidad. Si, además, se tienen en cuenta que, la educación sexual en las personas mayores es escasa, da como resultado una persona que quiere experimentar la sexualidad, pero no sabe cómo, cuándo y dónde puede solucionarlo.

¿Qué podemos hacer nosotros, ya sea como profesionales o familiares?

  • Trabajar para reformular tanto el concepto de sexualidad como de persona mayor con el objetivo de normalizar y desmitificar estas experiencias.
  • Prestar una especial atención al colectivo de mujeres mayores, ya que son víctimas de una doble discriminación: ser mujeres y ser mayores.
  • Elaboración de planes, programas y guías encaminados a mejorar las actitudes de la sociedad hacia la sexualidad de las personas mayores, así como promover una adecuada educación sexual en el mayor.
  • Sensibilización de los profesionales en estos temas y proporcionarles instrumentos que les permitan abordar estos temas con total naturalidad, primando la salud emocional del adulto mayor.

Con todo esto, no solo se va a conseguir que las personas mayores tengan una vida sexual más enriquecedora y segura, sino también la detección y prevención de patologías y enfermedades a través de los problemas en la sexualidad.

La sexualidad en la tercera edad puede aportar muchos beneficios

En definitiva, la sexualidad es un aspecto que está presente a lo largo de todo el ciclo vital. Y, la sexualidad en la tercera edad, tiene importantes beneficios con respecto la prevención de la soledad y el aislamiento, así como para el aumento de calidad de vida de la persona y su bienestar general. Hay que tener presente, que el colectivo de las personas mayores, además, de ser cada vez más amplio, es cada vez más heterogéneo, y por ello se vuelve fundamental, cambiar el concepto de sexualidad en las personas mayores, puesto que no dejan de ser personas, hombres y mujeres, con sus vivencias, historias de vida, deseos y fantasías sexuales.

Debemos tener especial cuidado con nuestras formas, y prestar especial atención a como tratar a los adultos mayores con respeto, comprensión y empatía.

Para terminar, queremos mencionar una frase, que consideramos es muy buen resumen para entender los beneficios de una vivencia de la sexualidad adecuada en las personas:

La sexualidad es conectarnos con el deseo de vivir y vivir es poder sentir.

Autora: Laura Correas Molina (Trabajadora Social)