Las actividades que realizamos en nuestro día a día dan sentido a nuestra vida reflejando quiénes somos y nuestra personalidad.
Son diferentes en cada uno de nosotros y se conocen como actividades significativas .
En este post, hablaremos de los beneficios de la actividad de horticultura y jardinería terapéutica que realizamos con los usuarios de las residencias de mayores Rey Ardid y compartiremos información de utilidad para profesionales que quieran desarrollar estas actividades en sus centros.
Que haya una participación activa, que el contenido de la actividad esté relacionado con los intereses y roles pasados de las personas, y que las actividades cubran las necesidades psicológicas básicas de identidad y pertenencia.
Genoe-Dupuis, 2012; Phinney et al., 2007
La importancia de una vida en contacto con la naturaleza
Las personas mayores de hoy en día, sobre todo del medio rural, muestran interés por las actividades relacionadas con el campo, el aire libre, los cultivos, los animales y la naturaleza.
Numerosas investigaciones han demostrado que los espacios verdes proporcionan beneficios tanto de salud como de bienestar, y ofrecen un gran abanico de posibilidades estimulantes y terapéuticas.
Dentro de las que se conocen como terapias no farmacológicas puede ser interesante impulsar actividades como la horticultura y la jardinería terapéutica.
Horticultura y jardinería terapéutica
Algunas personas mayores de los centros de Fundación Rey Ardid comentan que durante años cultivaron sus huertos y jardines.
Los cuales tuvieron que abandonar al tratarse de un trabajo que comenzó a resultarles duro y costoso ya que sus capacidades físicas o mentales habían cambiado con el paso de los años y sentían que ya no podían llevarlas a cabo.
Ante esta circunstancia, es importante saber que todas las actividades pueden subdividirse en tareas más sencillas de manera que puedan seguir llevándose a cabo por cualquier persona que tenga interés en realizarlas.
Incluso las personas con mayores dificultades pueden disfrutar de ellas. Por ejemplo, mediante el acompañamiento y la observación o paseando por esos espacios naturales que alguien está cultivando.
Beneficios de la horticultura y jardinería terapéutica en personas mayores
Realizando este tipo de actividades se estimulan diferentes capacidades:
- Capacidades sociales o relacionales: Favoreciendo el vínculo, la conversación y la comunicación con las personas con las que compartes la actividad o con otros.
- Dignidad y autoestima: Al poder tomar decisiones del qué y cómo lo quiero hacer, sentirse implicado y útil realizando una tarea agradable y con sentido. Generando satisfacción al crear, además, entornos agradables, saludables y bonitos.
- Capacidades cognitivas: Al tener que organizar y planificar la tarea trabajando la orientación espacial y temporal. Además, evoca recuerdos al tener que utilizar conocimientos ya adquiridos sobre los cultivos a través de la memoria, indispensable para adquirir nuevos aprendizajes.
- Capacidades físicas: Al tener que hacer desplazamientos para salir al jardín o caminar por los espacios interiores para el cuidado y supervisión de las plantas. Trabajando el equilibrio y la coordinación al moverse, agacharse, etc. Potenciando la fuerza y la movilidad, al levantar algunos pesos, como macetas, regaderas o realizando los propios trabajos de la tierra.
¿Cómo puedo adaptar esta actividad de jardinería para adultos mayores?
Existen algunos materiales e ideas que nos ayudarán a adaptar estas tareas:
- Creación de semilleros: Se trata de la primera parte del proceso del cultivo. Esta tarea permite participar a personas cuya movilidad pueda estar más reducida, al poder trabajar sentados. Consiste en introducir las semillas de flores u hortalizas seleccionadas en cada uno de los alveolos, cubrir con pequeñas cantidades de tierra y regar, por ejemplo, con un vasito; evitando tener que manipular grandes pesos o cantidades. Estos semilleros pueden comprarse en tiendas especializadas, pero también puede hacerse en hueveras, en vasos de yogur u otros similares.
- Cultivo en bancales altos o “huertos urbanos”: Favorecen la accesibilidad, evitando tener que agacharse para picar la tierra o sembrar los productos, cumpliendo perfectamente la función para los cultivos.
- Cultivo en macetas: Con ellas existe la posibilidad de trabajar encima de mesas de distintas alturas, colgarlas en la pared, acercarlas a cualquier lugar o distribuirlas por las distintas estancias, favoreciendo, también, el trabajo individual y el disfrute y participación de un mayor número de personas.
Todas ellas nos permiten trabajar en distintos espacios, cultivar hortalizas, frutos, plantas aromáticas y flores durante todo el año; ya sean de pequeño tamaño o de mayores dimensiones, de crecimiento rápido o lento, en el interior o en el exterior.
Podemos utilizar los beneficios de la actividad horticultura y jardinería terapéutica en hilo conductor para crear nuevas experiencias como:
- Elaboración de los productos recolectados en talleres de cocina.
- Procesos de secado para creaciones con flores secas realizando adornos florales y decorar espacios comunes o personales.
- Hacer jabones, aceites esenciales o perfumes.
- Talleres de costura para fabricar espantapájaros o decoración de árboles con parches de ganchillo.
- Talleres de carpintería para construir casitas para pájaros.
- Creación de jardines sensoriales, donde el olfato, la vista, el tacto, el oído y el gusto se vean gratamente estimulados.
La lista de ocupaciones es infinita. Dentro de esta amplia gama de actividades, es donde las personas mayores pueden elegir en qué, cómo, cuándo y en qué parte del proceso quieren participar. Sea total o parcialmente.
También facilitaremos a quienes simplemente quieran ver somo se desarrolla el proceso observando y disfrutando del ambiente de los entornos naturales en los que se trabaja.
No hay que olvidar que una actividad tiene sentido siempre que se realiza con algún fin.
Área de Mayores Rey Ardid