¿Qué es una actividad significativa?
A lo largo de nuestra vida, en todas las etapas, el día a día está repleto de ocupaciones, tareas y actividades significativas e importantes para cada uno de nosotros.
Aunque todos realizamos en gran parte las mismas, cada uno tiene una manera específica de realizarlas: rutinas en el hogar, formas de vestir o de peinarnos, preferencias y gustos en la comida, etc.
Todo ello nos define como personas únicas, dotadas de individualidad y dignidad.
Otras, además, nos hacen formar parte de distintos grupos dentro de la comunidad: deporte, aficiones, trabajo, ocio, etc.
Es imprescindible tener ocupaciones en todas las etapas vitales ya que aportan múltiples beneficios físicos y emocionales como actividades significativas. Previenen la dependencia, mejoran la salud, fortalecen la autoestima, mejoran el estado de ánimo e incluso, pueden disminuir la necesidad de administrar algunos fármacos.
Beneficios de las actividades significativas:
- Mantienen la identidad personal
- Promueven la participación en actividades al sentirse identificado con ellas
- Se puede realizar en entornos reales y usando objetos de la vida cotidiana que resultan conocidos y que se alejan de métodos o materiales menos aceptados en la vida adulta (juegos, cuadernos, etc.)
- Las actividades son perfectamente personalizables y adaptables a las capacidades, necesidades e intereses que mantiene la persona usuaria.
- Pueden ser individuales o colectivas.
- Favorecen la vida activa.
- Muchas de estas tareas son automatizadas, por lo tanto, pueden participar personas con mayores grados de dependencia.
- Aleja las sensaciones de soledad y abandono en las personas que por su situación física y/o mental no pueden participar de las vivencias en un entorno activo, dónde ocurren y se comparten cosas.
¿Cómo encontrar actividades significativas para una persona?
No a todas las personas nos gusta realizar las mismas tareas, pensar en actividades grupales e iguales para todos carece de sentido. Descubrir cuáles resultan interesantes para cada persona requiere de tiempo y dedicación. Es importante, por lo tanto, tener en cuenta los siguientes factores:
- Conocer la Historia de Vida de la persona:
Saber de su pasado, su presente y lo que quiere para su futuro. No debemos olvidar que una persona mayor sigue viviendo su vida y debemos respetar su poder de decisión. - Descubrir lo que es relevante para la persona:
Sus rutinas, sus maneras de actuar y vivir, sus aficiones, sus intereses y preferencias, los roles que desempeñó, sus motivaciones y anhelos, sus creencias y convicciones nos darán pistas para plantear actividades significativas para esa persona. - Observar sus capacidades:
Como cuidadores (profesionales o familias), debemos centrarnos siempre en lo que todavía es capaz de hacer, ofrecerle la oportunidad de seguir siendo autónomo e independiente. - Adaptar las tareas:
Una actividad puede subdividirse en tareas más sencillas para que la persona pueda seguir disfrutando de participar en alguna parte de la misma. Observar, acompañar, o colaborar de manera pasiva también son maneras de participar, cuando la persona presenta dificultades. - Compartir tiempo con las personas cercanas:
En caso de que la persona no sea capaz de verbalizar su historia de vida, preferencias, etc. debemos recordar que la familia y/o allegados son una fuente importante de información y debemos permanecer en contacto directo con ellos. - Identificar reacciones ante determinadas tareas:
Los gestos, las sonrisas, las expresiones verbales o no verbales y/o determinadas conductas, pueden evidenciar interés o aburrimiento, estrés o bienestar ante la actividad que se está realizando. - Ser creativos, flexibles, empaparnos de sentido común y capacidad de observación, para poder detectar esas preferencias y acompañar en su estilo de vida.
- Ofrecer oportunidades de desarrollo personal y probar resultados mediante:
La realización de una rutina diaria/semanal de actividades
Organización de actividades especiales para romper la rutina (cumpleaños, fechas señaladas, festividades, etc.)
Actividades fuera de los entornos habituales (domicilio, centro residencial o de día), en la comunidad (barrio, ciudad, centros comerciales, tiendas o restaurantes, parques, etc.) - Dotar de valor a las actividades espontáneas y respetar su realización.
La flexibilidad es una cualidad indispensable para acompañar a una persona mayor en esta etapa de su vida. Dejar atrás rigideces, protocolos y adaptarnos a sus necesidades e intereses que serán cambiantes con el paso del tiempo.
Ejemplos de actividades significativas.
Para cualquier persona, pero en concreto para las personas mayores, es de vital importancia la existencia de una rutina de actividades. Pero estar ocupado no sólo incluye actividades de ocio, si no que deben incluirse el desempeño de tareas de la vida cotidiana, de autocuidado y las actividades significativas; dejando espacio también para las actividades espontáneas e incluso para el descanso y la inactividad.
La lista es infinita. Os proponemos algunas de las más cotidianas:
- AUTOCUIDADO:
Peinarse, elegir la ropa, maquillarse/afeitarse, acicalarse, arreglarse las uñas, cuidarse la piel, depilarse, etc.
Vernos bien es fuente de autoestima y satisfacción personal, y esto ocurre a cualquier edad e independientemente de la condición física o cognitiva en la que se encuentra la persona.
La imagen personal, los gustos, y preferencias a la hora de mostrarnos hacia los demás son aspectos que nos configuran como seres individuales y singulares.
Cuidar nuestra imagen, o que nos ayuden a cuidarla sirve para estimularnos y sentirnos nosotros mismos.
- TAREAS DOMÉSTICAS:
Cocinar/preparar un aperitivo, poner/quitar la mesa, barrer, fregar la vajilla o recoger el lavavajillas, hacer la colada, barrer, hacer la cama o arreglar el cuarto, ordenar el armario, ordenar la habitación o la sala común, cuidar de las plantas, etc.
Realizar las tareas cotidianas que siempre formaron parte de nuestra rutina puede suponer una gran satisfacción.
Todas las personas tenemos una manera particular de hacerlo y seguir formando parte de estos cuidados e implicarnos en tareas como la limpieza, la preparación de alimentos, el cuidado de la ropa, entre otras, permitirá a la persona mayor a seguir sintiéndose útil, autónoma y libre.
- OCIO Y TIEMPO LIBRE:
Leer, labores, manualidades, bricolaje, actividades religiosas, decorar, coleccionar, escuchar música, ver una película o programa de televisión, llevar un huerto, pasear, hacer ejercicio, estimular la mente, participar en talleres, conversar, etc.
No existe un límite de actividades significativas. Hay tantas como personas.
La propia persona o las familias nos darán información sobre qué tareas pueden resultarles interesantes, todo esto, junto con nuestra propia creatividad, sentido común y capacidad de observación será lo que nos guíe para poder seguir creando oportunidades de ocupación a las personas mayores que atendemos y que puedan seguir decidiendo sobre su propia vida.
“Parte de la naturaleza humana constituye la búsqueda de actividad con sentido, que pueda dar estructura a la vida y significado a las personas, que permita tener experiencias placenteras y que promueva el bienestar y la salud”
Harmen y Orrell, 2008
Desde el área de mayores de Fundación Rey Ardid trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en constante formación y con todo nuestro cariño.