Los avances en medicina, ciencia e investigación, no solamente ayudan a curar enfermedades, sino también a prevenirlas o a detectarlas con mayor antelación y poder tratarlas para disminuir sus efectos.
Según la Federación Aragonesa de Alzheimer, actualmente en Aragón existen entre 30.000 y 35.000 casos detectados. Mientras los científicos construyen el camino hacia la cura, las personas afectadas y sus familias no están solas, cuentan con profesionales expertos en el cuidado y tratamiento de esta enfermedad.
Para reconocer el Alzheimer y poder tratarlo, en primer lugar debemos saber en qué consiste, y por supuesto, al detectarlo, acudir a profesionales para diagnosticar a los enfermos y orientar a los familiares en los cuidados. Además de los signos que nos ayudan a identificar la enfermedad, también os dejamos en este post algunas prácticas que contribuirán a ralentizar o aminorar los efectos del Alzheimer.
El Alzheimer implica un deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Normalmente aparece en personas mayores de 65 años, y dependiendo del grado y el momento del diagnóstico, puede durar aproximadamente 10 años. Precisamente por la importancia de la detección precoz, es importante que estemos atentos a algunos síntomas que podemos detectar en la convivencia diaria con nuestros mayores:
1. Pérdida de memoria
En una primera etapa de la enfermedad se tiende a olvidar la última información aprendida, fechas, datos y eventos importantes. También se resiente la capacidad de aprendizaje y memorización de nueva información.
2. Desorientación y confusión
Puede suceder que la persona se pierda, no sepa dónde está ni cómo ha llegado a un lugar. Puede dejar de reconocer caras, situaciones o lugares familiares, incluso olvidar la hora, el día o su propia edad.
3. Pérdida del pensamiento abstracto
Se incrementa la dificultad para resolver tareas mentales como las cuentas de la casa, las cantidades y precios, el significado de los números y su función.
4. Complicación en el desempeño de tareas
Las tareas del día a día en casa o el trabajo pueden suponer una dificultad adicional. Olvidan cómo comer o peinarse, cómo conducir… La capacidad par planificar estas tareas o el trabajo también se pierde.
5. Pérdida de capacidad visual y espacial
Desaparece la capacidad para determinar tamaños y formas, calibrar distancias, determinar colores o contrastes, relacionar objetos en un ambiente o comprender imágenes.
6. Problemas de lenguaje
Pueden tener problemas al seguir una conversación, olvidar nombres de personas u objetos o incluso perder la capacidad de expresarse y comprender el significado de palabras comunes.
7. Colocación de objetos
Es habitual que olviden dónde se dejan los objetos de uso cotidiano o que dejen cosas en sitios extraños e incoherentes.
8. Falta de buen juicio
La falta de juicio a la hora de realizar acciones cotidianas por ejemplo salir de casa descalzo, vestirse con ropa de verano en pleno invierno, regalar dinero, etc.
9. Pérdida de iniciativa y motivación
La pérdida de iniciativa en las relaciones sociales, de ocio o en el trabajo permiten detectar esta enfermedad.
10. Cambios comportamiento y personalidad
Los cambios de humor como enfados, irritabilidad, inquietud, depresión, desconfianza, paranoia, convicciones erróneas, etc. pueden ser una señal.
Una vez detectado y diagnosticado, debemos saber que contamos con la experiencia y apoyo de profesionales especializados que son de gran ayuda tanto para los pacientes como para los familiares y cuidadores.
Todos los centros orientados a personas mayores gestionados por Fundación Rey Ardid prestan especial atención al Alzheimer y otras demencias en especial nuestra nueva residencia especializada en Alhzeimer. En su mayoría además, trabajan en el cuidado de estas enfermedades a través de la implementación de Unidades de Cuidados Especiales (UCEs), con profesionales expertos en el tratamiento de estas demencias.
Consejos para ayudar a los enfermos de Alzheimer
Además de la detección, os proponemos una serie de pautas sencillas para ayudar en el día a día de los enfermos de Alzheimer:
- Seguir una misma rutina cada día y procurar que haya multitud de objetos familiares alrededor
- Conocer en todo momento la situación y ubicación de la persona. Evitar que pueda salir por su cuenta al exterior o alertar colocando timbres en las puertas.
- Mantener al paciente bien alimentado e hidratado.
- Intentar que el paciente sea lo más independiente posible.
- Animar a que el paciente se ejercite regularmente y tenga tiempo de ocio.
- Fomentar la relación con amigos y familia.
- Utilizar material escrito para ayudar a la memoria: “post it” en los objetos cotidianos y recordatorios sobre rutinas, calendario, listas de tareas…
- Adaptar el hogar a las necesidades del paciente (barras en la pared, luces nocturnas, apoyos en la ducha, etc.
- Realizar revisiones médicas de forma regular.
- Asegurar que el paciente tome su mediación.
- Ofrecer apoyo emocional al paciente, familiares y cuidadores.
- Contemplar la opción de acudir a un grupo de apoyo para los familiares.
- Planificar la atención en centros de día o ingreso en residencias especializadas en Alzheimer.
Para conocer más información sobre los cuidados a personas mayores que sufren esta enfermedad en los diferentes centros podéis consultar la página web de la Fundación o llamar a este número de teléfono 976 74 04 74.